Arielle Salomón, la salvadoreña que usa el deporte para empoderar a miles de niñas

Con El Salto Gym, transforma la disciplina deportiva en motor de igualdad y cambio social.


Arielle Salomón creció con un pie en Europa y otro en Centroamérica. Su vida estuvo marcada por el arte salvadoreño, pero también por la disciplina del deporte suizo. Esa mezcla de raíces y formación internacional le permitió ver el deporte desde una perspectiva distinta: no solo como competencia o entretenimiento, sino como una herramienta de transformación social. Con esa visión, tomó una decisión que cambiaría su destino y el de muchas jóvenes: regresar a El Salvador para abrir oportunidades a través del deporte femenino.

En 2021 fundó El Salto Gym, un gimnasio que rápidamente se convirtió en un espacio pionero. Allí, niñas y adolescentes encuentran no solo un lugar para entrenar, sino también un entorno seguro donde la disciplina física se combina con el desarrollo personal. La propuesta de Salomón rompe con un patrón histórico: en El Salvador, como en muchos países de la región, el acceso de las mujeres al deporte ha estado limitado por estereotipos de género y falta de apoyo institucional.


El gimnasio funciona como un modelo integral. Más allá de las rutinas físicas, El Salto Gym incorpora acompañamiento académico, talleres de autoestima y programas de liderazgo. La idea es clara: cada entrenamiento debe dejar algo más que fuerza física; debe cultivar confianza y abrir puertas. “Queremos que las niñas vean el deporte como un medio para soñar en grande, no como un límite”, ha dicho Arielle en varias de sus charlas.

El impacto no tardó en hacerse visible. Jóvenes que antes no encontraban espacios de práctica deportiva ahora forman parte de equipos locales, participan en competencias y, sobre todo, se sienten reconocidas. Varias alumnas han asumido roles de liderazgo en sus comunidades, replicando lo aprendido en el gimnasio. El modelo de Arielle ha despertado interés en organizaciones locales e internacionales que buscan fortalecer la participación de las mujeres en el deporte como herramienta de inclusión social.


La propuesta también desafía la visión tradicional del éxito en el deporte. Arielle insiste en que no se trata de cuántas medallas se ganen, sino de cuántas vidas se transformen. En un país marcado por la desigualdad y la violencia, crear un espacio donde las niñas puedan crecer seguras, acompañadas y empoderadas es un logro en sí mismo. El deporte, en este contexto, deja de ser un fin y se convierte en un medio para la resiliencia y la construcción de futuro.


La historia de Arielle Salomon y El Salto Gym es también un recordatorio de que cambiar las reglas es posible. Desde un gimnasio en El Salvador, esta joven emprendedora está demostrando que el deporte puede ser un campo de batalla contra los prejuicios, pero también un puente hacia nuevas oportunidades. Su trabajo no solo forma atletas: forma ciudadanas seguras de sí mismas, capaces de abrir caminos que antes parecían cerrados.

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