¿Plantas para limpiar un lago? Dayana Blanco demostró que funciona
En Bolivia, el Lago Uru Uru parecía condenado a desaparecer. Hasta que esta joven Aymara recordó lo que sus abuelos sabían.
En Bolivia, el Lago Uru Uru -en el centro-oeste del país- parecía condenado a desaparecer. Convertido en un vertedero de basura y plástico, y por la contaminación de una mina cercana a la zona, este cuerpo de agua poco poco perdió toda la fauna y flora que albergaba.
Sin embargo, Dayana Blanco, una joven Aymara, logró cambiar el rumbo de esta historia, darle una nueva oportunidad a este ecosistema y a su comunidad restaurando este ecosistema que años atrás albergó más de 70 especies de aves, especialmente flamencos.
Dayana, de tan solo 26 años, siempre sintió una conexión especial con los animales y la naturaleza, por lo que al ver el lago desaparecer casi en su totalidad, quiso reestablecer el equilibrio que se había perdido.
Así, decidió fundar, junto con otros miembros de su comunidad, el Team Uru Uru, con el cual desarrolló una solución para reducir la contaminación del lago y devolverlo a la vida, utilizando la misma naturaleza para lograrlo.
Además, se ha visto afectado por el cambio climático y por los contaminantes que vienen de las aguas residuales de la ciudad de Oruro, así como de las explotaciones mineras de la zona.
Por ello, retomando la sabiduría de sus ancestros, decidió sembrar totoras en el lago para revivirlo y purificar el agua. Esta planta nativa es comúnmente usada el tratamiento de aguas residuales y mineras, ya que atrapa minerales en sus raíces, hojas y tallos.
Inicialmente, trasplantaron alrededor de 600 brotes jóvenes de totora de un lugar donde crecen en abundancia y los colocaron sobre balsas hechas con botellas plásticas y una rejilla de palos. Aunque no fue fácil, esto logró que la contaminación del lago se redujera hasta un 30%, lo que a su vez hizo que los flamencos y otros animales regresaran.
Gracias al éxito de su trabajo, poco a poco fueron sembrando más totoras hasta alcanzar las 3.000. Ahora, con el apoyo de la comunidad, el grupo busca extender sus proyecto para continuar regenerando el lago y que este vuelva a ser el de antes: un lugar lleno de vida.
Además del gran impacto que ha tenido esta estrategia para la localidad, ha sido reconocida a nivel internacional, pues han recibido varios reconocimientos incluyendo uno de la ONU, otro de la Convención sobre los Humedales Ramsar, y el del programa Restoration Stewards 2024 del Global Landscape Forum.
Asimismo, Dayana y su grupo quieren convertirse en un laboratorio de saberes ancestrales, no solo para recuperar la naturaleza, si no la sabiduría de los indígenas y la conexión que estos tenían con el planeta.
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