El país cuenta con su primer municipio agroecológico.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en México se utilizan más de 4.5 toneladas de pesticidas por cada 1.000 hectáreas de cultivos, y si bien estos químicos ayudan a mantener libres de plagas las plantaciones, son excesivamente tóxicos y dañinos para la salud humana.
Cansados de ver afectado su bienestar, los campesinos y residentes de El Limón, un municipio al sur de Jalisco, se unieron y lograron que en el 2021, se lo declarara como el primer municipio agroecológico del país.
Esto significa que las plantaciones y cultivos de la localidad están libres de agroquímicos, lo que favorece la producción de alimentos y la salud de los residentes. De esta manera, la comunidad trabaja en nueva manera de sembrar y cosechar sus alimentos que se aleja de la agroindustria.
Tanto la comunidad como el gobierno local se han replanteado la manera de producir alimentos, y han creado sistemas agrícolas más sostenibles, saludables y amigables con el medioambiente.
Para lograrlo, parte esencial de su proyecto está en la educación, por eso en el 60% de las escuelas del municipio se han construido huertas para que los estudiantes aprendan, desde pequeños, la importancia de sembrar sin agrotóxicos.
Así, pequeños y grandes trabajan en sus propios huertos, cultivan y cosechan sus alimentos con los cuales luego surten los comedores escolares, o llevan lo producido a sus hogares para consumirlo con sus familias.
Desde el gobierno, tienen prohibido el uso de todo tipo de agroquímico en espacios públicos del municipio, además, apoyan los huertos comunitarios donde niños y adolescentes están aprendiendo el cuidado de la tierra y a cultivar alimentos 100% orgánicos.
Las comunidades campesinas por décadas han resistido a la agroindustria, que con el uso excesivo de los agroquímicos, han desgastado el territorio y arrasado con los recursos naturales como el agua, la flora y la fauna.
Así, con este nuevo sistema han logrado recuperar tanto de lo que la industria ha destruido, recuperar sus saberes ancestrales, preservar su salud y cuidar sus ecosistemas.
El municipio cuenta con hoy con una tasa de forestación positiva y conserva en buen estado sus humedales. Los corredores biológicos, mantienen la diversidad de especies de mamíferos y polinizadores y el programa de manejo de residuos es uno de los mejores en la región.
Además, protegen la agricultura, la diversidad de las semillas y la experiencia en el intercambio y resguardo de las mismas, las prácticas agroecológicas, los sistemas de producción multifuncionales, los sistemas silvopastoriles y ganadería regenerativa.
Gracias a esta lucha campesina, se ha promovido la práctica del movimiento agroecológico, la conciencia ambiental, la defensa de la autonomía, la soberanía alimentaria, y se ha fortalecido su relación con la naturaleza y sus recursos.